Imagínate que conduces aprisa en el autopista cuando de pronto miras unos autos que vienen hacia ti en tu mismo carril. "¡No puede ser!" te dices. Pero es cierto. Te das cuenta que conduces en sentido contrario al del carril. ¡Debes actuar de prisa!
¿Será verdad que algunas personas no califican para entrar al cielo ni tampoco merecen ser echadas en el infierno? ¿Podría ser que haya otro destino que no sea ni tan bueno ni tan malo entre el cielo y el infierno? Busquemos en la Palabra de Dios. La Biblia es la autoridad final. ¿Qué dice?